Un piano de cine: Diego Turrión nos regalará un viaje por las bandas sonoras más cautivadoras de la historia

¿Imaginas la saga galáctica más famosa del cine sin sus icónicas melodías? ¿El Tiburón de Spielberg nos generaría el mismo pánico sin esas lentas y siniestras notas que marcan el despertar de la bestia? Ambas criaturas de John Williams funcionan como el ejemplo más idóneo del poder de la música en el celuloide. Estamos de acuerdo: una desafortunada banda sonora puede arruinar una película; una composición redonda eleva su nivel. Al fin y al cabo, la partitura funciona como un personaje más (y no precisamente un figurante), como un asidero a la trama. 

Aunque la escucháramos de manera inconsciente, nos percataríamos de su ausencia si desapareciera de golpe. Diego Turrión comulga con este pensamiento y va más allá. No lo olvidemos, "el cine empezó teniendo música y no diálogos. Es inconcebible ver una película sin ella o sin ruido, sin sonidos… Sería demasiado plana. Es algo fundamental", expone.

DE 'TITANIC' A 'CASABLANCA' PASANDO POR 'LA LA LAND' O 'EL REY LEÓN'

Diego sabe muy bien de lo que habla; es un joven zamorano que lleva más de media vida dando brazadas en el universo musical (fue a los nueve años cuando acarició las teclas de un piano por primera vez) y este domingo, 3 de marzo, irrumpirá con su instrumento en el Ramos Carrión (19 horas). El teatro desenrollará su alfombra roja para recibir a este hombre orquesta (su nombre figura en la dirección artística, la interpretación, la organización...), quien regalará a los asistentes un mágico periplo por diferentes bandas sonoras de la historia del cine. 

Este "dinámico viaje" de unos "80 o 90 minutos" frente a las teclas lleva por título Mi vuelta al cine en 80 días. Y no, no escucharemos las canciones que ilustran las andanzas del flemático y solitario caballero británico Phileas Fogg, pero sí recordaremos la imborrable escena en la que Winslet y DiCaprio se convierten en los reyes del mundo (Titanic) o la inolvidable frase "Siempre nos quedará París" (Casablanca). 

Nuestro protagonista, que se aprende la música "de oído para adaptarla después al piano", nos abrirá la puerta de un Delorean que también se detendrá en la Ciudad de las Estrellas (La La Land) o en el inmersivo y electrizante romance de Ha nacido una estrella. Asimismo, en este particular Regreso al pasado se incorporan paradas en las que el pianista hará subir a viajeros más jóvenes. En este punto, el público infantil aplaudirá con El Rey León, La Bella y la Bestia o Aladdin. Estos clásicos de Disney se intercalarán con otros títulos imperdibles amparados por la compañía como Star Wars. 

SU COMPOSITOR DE CABECERA

Precisamente, iniciábamos estas líneas con esta banda sonora, una de las más influyentes de la historia del cine. La firma John Williams, uno de los creadores más prolíficos cuando hay una claqueta de por medio.

Otro de los inamovibles en esta lista es Hans Zimmer, "el compositor que más me gusta", nos desvela Diego, quien tampoco desdeña a Morricone o a clásicos españoles como Manuel de Falla o Albéniz. ¿A qué se debe su preferencia? "Me gusta el cine desde pequeño y mi director favorito es Christopher Nolan. Él ha trabajado mucho con Zimmer, así que la pasión que he ido desarrollando con él ha transcurrido paralelamente a mi devoción por el cineasta. Me gustaban algunas pelis en las que Zimmer estaba detrás, pero no Nolan, como Piratas del Caribe, y al revés. Hay algunas que son míticas y con eso ya doy bastantes pistas de las que pueden ser las tres piezas del final de mi espectáculo", desgrana.

No es la única sorpresa que nos espera en el show "íntimo y en algún momento emocionante" de este talentoso veinteañero zamorano, pues también escucharemos destellos de música clásica. El recurso que ha escogido para "encauzar a la gente por la trama narrativa está basado en una composición de Beethoven", adelanta. 

LA ESTRUCTURA 

Habla de trama porque Mi vuelta al cine en 80 días podría definirse como un relato musicalizado. El espectador asistirá a tres partes. La inicial se nutre "exclusivamente de bandas sonoras" y antecede a una segunda que contará con "la explicación de mi trayectoria desde que entré en el conservatorio", explica el pianista, quien estará acompañado en la tercera (una conjunción de las otras dos) por otro zamorano: el percusionista Miguel Mateos, que forma parte de la Banda de Música de Zamora. 

No es la única incursión de la tierra con la que contará esta representación. Y es que, la orquestación corrió a cargo de Víctor Laguno, pero estudia en Boston y no podrá estar presente en el Ramos Carrión. "En primera instancia iba a hacerlo él porque tambien es percusionista", nos cuenta Turrión sobre un formato cuyo adelanto pudieron ver unos cuantos privilegiados el pasado mes de diciembre en Moraleja del Vino. 

EL ÉXITO DE CANDELIGHT

Aquello supuso una especie de aperitivo, pues "no quería desvelar todas las cartas, así que sólo hice la parte del final, no tan grandilocuente, porque, además, había menos recursos, sobre todo en lo que tiene que ver con la iluminación". Eso sí, esa primera toma de contacto resultó efectiva: "les encantó", resume y profundiza en esa percepción: "Cuando la gente escucha el piano se va automáticamente a música clásica. Entonces, es una barrera que cuesta atravesar, pero una vez la pasas, te sientes cautivado".

Esta razón, entre otras, es la que explica el éxito de Candelight, "conciertos a la luz de las velas que homenajean a Queen, a Coldplay, al propio Zimmer o a Ludovico Einaudi". La filosofía de este producto comercial se basa en la "promoción de la cultura a un precio asequible y yo creo que está conseguido", valora el músico zamorano.

Volviendo a su espectáculo (atención, ayuntamientos del resto de la provincia: ideado para representarlo en cualquier localidad)... El estreno propiamente dicho será este domingo, una cita en la que no faltarán familiares, amigos e incluso alumnos. Sí, alumnos. Diego Turrión, que estudia Magisterio en la especialidad de inglés, también es profesor. Imparte clases de piano desde el año pasado (cuando finalizó su formación en el Conservatorio Profesional) en la Escuela de la Banda de Música de Zamora. "Veo talento ahí", sonríe.

Estamos seguros de que los discípulos aprenden cada día de su maestro, a quien le encantaría "trabajar en un proyecto como una banda sonora, pero lo veo más lejano", reconoce. Mientras llega ese momento, asistiremos a su atrayente propuesta en el Ramos Carrión, así que "tócala otra vez, Diego".

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