El control lechero, recuerdan desde la Consejería, es una manifestación de cómo los avances tecnológicos pueden contribuir a mejorar la rentabilidad de las explotaciones ganaderas de la Comunidad, de forma que se pueda favorecer la mejora genética de las razas puras de bovino, ovino y caprino de leche, ya que mediante el análisis de los rendimientos lecheros se seleccionan las mejores hembras reproductoras.
El ganadero adscrito recibe mensualmente el análisis individual de la producción de cada una de las reproductoras de la explotación. Este análisis incluye, además de la grasa y la proteína, los resultados de células somáticas, tan importantes para controlar la mamitis en una explotación.
El control lechero se practica sobre las razas de ganado inscritas en el correspondiente libro genealógico que gestionan las once asociaciones de ganado de razas puras asociadas a Uagcyl. Los controles se hacen sobre ganaderías de Castilla y León, aunque alguna de las asociaciones puede tener su domicilio en otra Comunidad Autónoma. Posteriormente, las mejoras genéticas se universalizan con la venta de los ejemplares.
El laboratorio autonómico de control lechero oficial con el que trabaja Uagcyl es el Centro de selección y reproducción animal (Censyra) situado en Villaquilambre (León), dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.