Alerta que la situación económica mundial, con un incremento de los precios, de los productos, las tasas y facturas, la escasa oferta o el cierre de fábricas afectará directamente a los ciudadanos, su consumo y ahorro. "Si queremos seguir consumiendo va a ser con unos precios más elevados, que unido a la subida de la electricidad, va a suponer un encarecimiento de los costes de producción que, inevitablemente, se va a repercutir en los productos, y va a lastrar el ahorro de los hogares".
Ante la pregunta de las previsiones para 2022, subraya que "es muy difícil hacer un pronóstico en economía", dado que no se espera un final de esta pandemia hasta el año 2023. "Ello supondrá que muchas familias entrarán en el modo de economía de guerra y sólo adquirirán aquello que necesiten. Se volverá a restringir la demanda y supondrá una reducción en la producción y del crecimiento de los países".
Traslada que se producirá, una vez más y como ocurre en periodos de crisis, un incremento del ahorro de las familias, siempre en "aquellas que puedan ahorrar y que sus ingresos puedan satisfacer sus necesidades básicas", agrega.
Por su parte, el también vicepresidente de la Unión de Consumidores de Castilla y León recomienda "no entrar en pánico, porque mantener la calma es lo mejor", quien puntualiza que es necesario tener en cuenta que se ha salido recientemente de un confinamiento, motivo por el que "se ha reprimido la demanda de diversos productos".
No obstante, Arzúa recalca a la Agencia Ical que la pandemia todavía no ha pasado, ya que muchos países en los que se producen los productos la siguen sufriendo dicha pandemia. Por ello y ante dicha situación, lo mejor es "intentar ahorrar y esperar a la finalización de esta pandemia", con una previsión de recuperación total de la economía y una estabilización hasta el año 2023.
La navidad
"Es cierto que se avecinan unos días en los que se consumen más productos y ante la escasez, entrarán en juego las curvas de la oferta y de la demanda. Eso supondrá que se incrementarán los precios de los productos y puede que al desabastecimiento general de diversos productos, que no sólo los famosos semiconductores, si no que algo tan simple como unos cordones de unos zapatos, que se fabrican en países asiáticos, suponga que el fabricante español no pueda producir y poner a la venta dicho producto".
Por ello, deja claro que ante la situación actual del transporte marítimo con el bloqueo de muchos puertos ante el gran volumen de mercancías que circulan y la falta de mano de obra cualificada en materia de distribución, puede suponer un incremento en los precios, que puede llevar a que muchos consumidores prefieran posponer sus compras ante el encarecimiento de los productos.
De esa forma, una vez más se limitará tanto la oferta y, por consiguiente, la demanda, al "no querer pagar tanto por un mismo producto, por lo que se producirá un ahorro y una paralización de la economía", ya que sin consumo la producción se reduce y se deberán de replantear por las autoridades monetarias los porcentajes de crecimiento de los países, apostilla a Ical Arzúa.