​El sacerdote don Rogelio Prieto publica sus memorias

​El libro se titula “Comienzo a escribir una pequeña historia”. A lo largo de sus páginas ha querido recoger sus vivencias y compartirlas con cuantos quieran acercarse a una época que debe ser recordada
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Don rogelio prieto


El sacerdote don Rogelio Prieto ha publicado sus memorias en un libro titulado “Comienzo a escribir una pequeña historia”.


La Diócesis de Zamora ha dado a conocer esta obra con una entrevista a su autor. A lo largo de sus páginas ha querido recoger sus vivencias y compartirlas con cuantos quieran acercarse a una época que debe ser recordada. No por ser ni mejor, ni peor que la nuestra, pero sí porque está llena de vida y de entrega apostólica. Don Rogelio tiene mucho futuro, pero en esta entrevista queremos más bien acercarnos a su experiencia sacerdotal, para que los que recogemos pastoralmente su testigo sepamos de dónde venimos y nos descubramos insertos en un pueblo que camina desde hace siglos, que no debe olvidar sus raíces si quiere dar fruto.


¿Cómo se define?


Soy un sacerdote que ha intentado vivir su vocación ayudado por la gracia de Dios y hacer realidad el lema de su sacerdocio: “Impendam y superimpendam” (Me gastaré y me desgastaré).


¿Cuáles han sido los momentos más relevantes de su vida como sacerdote


Es una pregunta difícil de contestar. Toda la vida sacerdotal es un momento importante. Han sido muchos. Vivir en el seno de una familia llena de paz y armonía. Mi entrada en el seminario, “si no voy al Seminario, no estudio”. Los años de Salamanca que me abrieron a la universalidad. ¡Cómo olvidar mi ordenación sacerdotal, mi primera misa con la participación de todo el pueblo! Los dos meses de Benavente, “mi luna de miel”. Toro y los jóvenes que llenaron mi vida. La muerte de Susi, que supo el día en el que iba a morir. Los dos años de Superior en el Seminario Mayor, duros y difíciles, con el traslado del Seminario a Salamanca. La Residencia Colegio Menor San Atilano, presente aún ahora mismo en mis sueños. La parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, tan querida por mí que la llevo en mis entrañas. Son momentos, todos ellos llenos de vida y de ilusión, que se van deslizando en el libro, donde la “Caritas Pastoralis” ha marcado cada paso dado.