La farmacia rural en Zamora, agente clave para la seguridad de la población en tiempos de pandemia

​La suspensión de las consultas médicas junto a las bajas sanitarias ha colocado en primera línea a las farmacias de los pequeños pueblos de Zamora como primer centro de referencia sanitario para las poblaciones de estas zonas. Sus facultativos han desempeñado un papel multitarea no siempre reconocido.
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Las farmacias rurales son los únicos agentes de salud presentes todos los días del año en las pequeñas poblaciones. Esta realidad nos da una idea de la importancia que tienen los profesionales farmacéuticos de este medio para mantener la calidad de vida de la población de la España Vaciada. Estos facultativos no solo garantizan el acceso al medicamento, aglutinando, en muchos casos, diversos núcleos de población.


Además, despliegan de manera permanente su vocación de servicio a sus pacientes (a los que conocen al dedillo), pues no olvidemos que están sometidos a una carga de trabajo persistente de servicios de guardia gratuitos.


Una dedicación que no sirve únicamente para velar por la salud de sus vecinos atendiéndoles debidamente, sino que lleva consigo una labor de escucha que reconforta a los pacientes, entre los que se encuentran aquellos que sufren una soledad indeseada. Vemos, por tanto, que los farmacéuticos de la Zamora rural ejercen su trabajo mientras se convierten en compañeros de desahogo (especialmente, para personas fundamentalmente mayores y polimedicadas, al menos en Zamora), aportan seguridad y confianza a quienes los visitan y facilitan las cosas en aquellas zonas donde los desplazamientos son complicados y donde no siempre hay disponible un médico.


El papel de los farmacéuticos rurales en tiempos de covid


Esta última circunstancia se ha acentuado en tiempos de pandemia. En el año del covid, la suspensión de las consultas médicas junto con las numerosas bajas sanitarias ha puesto en primera línea a las farmacias de los pequeños pueblos como primer centro de referencia sanitario para la población rural. Los farmacéuticos de las zonas más despobladas han dispensado medicamentos y controlado su administración no solo en la farmacia; también, a domicilio durante el confinamiento. 


En esta crisis sanitaria, además de sus labores habituales, se han encargado de comunicar al médico los casos de baja de medicación en la receta electrónica o la necesidad de prolongarla. También les han informado de nuevos problemas de salud para acordar el tratamiento, por no hablar de su contribución a la hora de detectar posibles casos de covid y como divulgadores de información sobre el coronavirus a sus pacientes.


Los farmacéuticos rurales han sido, sin duda, otro de los colectivos indispensables en esta pandemia, aunque su papel multitarea no se ha reconocido como merece.