Mujeres al servicio de la ciudadanía

Dos agentes de la Policía Municipal y otras dos bomberas de Palencia dejan clara su valía en sus respectivos trabajos y la nula diferencia con sus compañeros varones
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David Herrero / ICAL

24 horas al servicio del ciudadano. En una emergencia, el objetivo principal es socorrer a las víctimas, sin importar el género del rescatador. Esa premisa prima en las nuevas generaciones, pero cobra más importancia cada 8M, en el Día Internacional de la Mujer. Sandra y Esther, dos agentes de la Policía Local de Palencia, y Laura e Isabel, dos bomberas del Servicio de Extinción de la capital, ponen en valor el papel femenino y la valía en sus puestos de trabajo, sin distinción por sexos. 


Vocacional. Así define Sandra su trabajo como agente, independientemente de su género, quien reconoce a la Agencia Ical que “en todo momento tuvo apoyo familiar, ya que en su casa no se han cumplido los cánones de enfermera y veterinaria, para las niñas, y bombero y policía, para los niños”.


Y es que, su hermana es árbitro de fútbol, por lo que siguen una estela en la que rompen con los esquemas habituales en oficios que han estado copados tradicionalmente por hombres. “No hay mujeres y hombres, sino compañeros”.


Esther reafirma esa postura, al atestiguar que siempre ha recibido mucho apoyo, tanto en casa como entre los amigos cercanos, hacia una profesión en la que “siempre se ha sentido identificada”. Una suerte de poder ejercer y servir a los ciudadanos de Palencia, sin que hayan notado ninguna distinción con sus compañeros por el mero hecho de ser mujer, detalla.


“En la Policía Local de Palencia somos todos una gran familia y no hay ni una sola distinción por el sexo”. La única diferencia, “como es lógico”, es el vestuario para mantener una intimidad en el cuartel. “Todas estamos muy contentas de pertenecer a este cuerpo”, recalcan.


Sin menosprecios dentro y fuera de la Comisaría. “No he notado ningún menosprecio por el hecho de ser mujer en una intervención, sino todo lo contrario”. “Nos respetan exactamente igual, porque somos una figura de autoridad, sin importar el sexo que viste el uniforme”, puntualiza Sandra, perteneciente a Seguridad Ciudadana. 


Respecto a una intervención con varios hombres, aclaran que la afrontan de la misma manera, a lo que Esther añade las ventajas y puntos positivos del papel femenino en ciertos casos. “Una mujer viene muy bien a la hora de tratar temas de violencia de género, casos de violencia doméstica o sucesos en los que hay involucrados menores”.


Vestimentas y pruebas físicas


Aunque no es el caso palentino, otros cuerpos policiales dotaron a las primeras mujeres con una vestimenta distinta a la de los hombres, conformada por falda. Ante ello, señalan que no creen que fuera un menosprecio, sino otros tiempos, donde la presencia femenina en la Policía Local de Palencia se remonta a noviembre de 1986.


Al final, el debate de un tipo de prenda u otro no tiene sentido, sino que el foco “se debe centrar en la operatividad”, por lo que “una falda no es adecuada para un trabajo policial”. De ahí que una vestimenta unitaria e igual sea lo más acertado, trasladan.


En relación a la polémica de las distinciones de los parámetros de las pruebas físicas en las oposiciones de acceso, ambas coinciden en afirmar que la condición física de una mujer “jamás va a ser igual que la de un hombre”. 


Al final todo está adaptado en el grado acertado, según cada cuerpo. Esto no quiere decir que haya diferencias, pero la “fisiología no es la misma”. Por tanto, mantienen la idea de que los parámetros deben ser distintos, los cuales han sido realizados, a través de estudios, por profesionales expertos en la materia. 

Aunque las cosas han cambiado, es necesario “romper con los cánones de las profesiones tradicionales. Afortunadamente, cada vez hay más mujeres que se atreven y ven que son capaces de conseguir y afrontar este trabajo, exactamente igual que un hombre. Es un buen reflejo para todas las que vienen detrás”, relata la agente Sandra.


De igual modo se posiciona su compañera Esther, quien asegura que “todavía no estamos ante una sociedad en la que ambos sexos están representados al 50 por ciento”. Y es que, el trabajo policial “se sigue viendo como una labor de hombres, motivo por el que muchas no se atreven”, asevera la agente de la Unidad de Atestados.


Bomberas con A


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El Servicio de Extinción de Incendios de Palencia es el primero de la Comunidad que cuenta con dos bomberas, al romper así una barrera que parecía infranqueable, cuyas partícipes llevan el nombre de Isabel y Laura. Diferentes motivos las llevaron a desempeñar un trabajo marcado por el sacrificio, que no dejaba de chocar cuando eran pequeñas, al no concebirse la idea de la presencia femenina en este servicio de emergencias.


“El querer ser bombera era curioso”. “En los años 90, cuando un moco de seis años dice que quiere ser bombera, suena a risa. Como no existe esa percepción de que las mujeres se pueden dedicar a este tipo de trabajos pues genera algo de incredulidad”. No obstante, recalcan que, en el momento en el que decidieron opositar, tuvieron el apoyo de su entorno.


Isabel justifica la escasa presencia femenina en los Cuerpos de Bomberos españoles en una “razón cultural”, al ser un empleo que lleva “mucha dedicación y esfuerzo para conseguirlo”. A todo ello se suma que “el hecho de que no haya mujeres sea una barrera mental para otras que verdaderamente quieren dar el paso para opositar, pero, realmente, no pasa nada”, motivo por el que es necesario derribar esa percepción, relata. Sin olvidar la falta de referentes a lo largo de la historia. 


Respecto a las pruebas físicas de las oposiciones, explican que es un tema “muy polémico, porque, en general, la oposición ya es tema muy complicado y polémico por todo lo que se pide”. Tanto para una mujer como para un hombre, en el caso de que se mida 1,60 metros, se está en desventaja en la prueba del salto o del balón en comparación con otros aspirantes de 1,90 metros, escenifican a modo de ejemplo.


El tipo de pruebas que piden en esta oposición “no están equilibradas para el trabajo que se requiere”. Por ello, ambas se muestran partidarias de dejar de lado este debate y llevar a cabo una revisión de las pruebas en cuestión, las cuales “estén más enfocadas al trabajo a realizar en un suceso”.


Trabajo en equipo


Ante posibles menosprecios o comentarios inapropiados, son claras. “Todo lo contrario. Te ven y te animan”. “En una llamada por una fuga de gas, varias mujeres salieron de una tienda para darnos la enhorabuena y alegrarse de nuestra presencia en el cuerpo de bomberos”. 


No obstante, tampoco se está pendiente de las miradas y de lo que pueda pensar la gente, aclara Laura. En otras ocasiones, durante la revisión de los vehículos, al dar alguna vuelta por los alrededores del parque, llaman la atención de grupos de mujeres que se quedan mirando, al ver a las nuevas integrantes en lo alto del camión, comenta.


“En el parque todas y todos somos uno más. Cada compañero rota en las tareas y no se produce ninguna distinción”. La ciudadanía tiene que pensar que “es un trabajo en equipo y cada uno aporta algo positivo al resto”. Y es que, un compañero alto y fuerte puede ser necesario en un aviso, pero otro pequeño puede ser imprescindible para poder entrar por un hueco pequeño. Al final, “todos somos un equipo y seamos mujeres u hombres somos importantes”, asevera la bombera del cuerpo palentino.