Este pasado 19 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, con esta fecha que se viene celebrando desde 2014, se busca dar visibilidad y reconocimiento a todas aquellas mujeres que toman la valiente decisión de poner en marcha un proyecto.
Especialmente en los últimos años, las mujeres del medio rural se están animando a emprender como una forma de generar autoempleo dentro del área rural en el que viven, lo que repercute positivamente en la revitalización de nuestros pueblos asediados por la despoblación.
Las mujeres que residen en las zonas rurales tienen que enfrentarse a una elevada tasa de desempleo, junto con la percepción de deficiencias en las infraestructuras, accesos y trasportes, y la carencia de servicios (médicos, educativos, comerciales) respecto a los establecidos en las ciudades. A lo que se une, el envejecimiento demográfico y la falta de recursos financieros y políticos.
Por ello, la mujer rural está optando por el emprendimiento, iniciando nuevos proyectos y lanzando nuevos negocios, relacionados con la producción de bebidas como la cerveza, el turismo rural o la comercialización de productos ecológicos como frutas y verduras a través de internet.
La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), señala que en la última década la cifra de emprendedoras en nuestro país ha ido en aumento.
Las mujeres son cada vez más conscientes de su capacidad de liderazgo, y se aventuran a crear nuevas formas de negocio para lograr una total independencia en plano profesional, lo que favorece su propio empoderamiento y sirve de ejemplo para otras mujeres que aspiran a metas similares.
Además, hay que poner en valor el trabajo de todas estas mujeres emprendedoras durante la pandemia quienes han seguido apostando por sus negocios y se encuentra en una situación de incertidumbre en estos momentos.