Queja de una familia Zamorana a su centro de salud por las palabras de una trabajadora

​Consideran que la respuesta que recibió una persona de la familia accidentada cuando pidió asistencia a domicilio, “Tome un paracetamol y siga haciendo sus cosas”, fue desafortunada y desencadenó un “calvario” para la persona afectada, quien tuvo que ser operada de urgencia.
|

Urgencias Virgen de la Concha



La situación provocada por el covid ha evidenciado el déficit de infraestructura tecnológica en los centros de salud. Son escasos los recursos que favorecen la implementación de la telemedicina, objetivo que se antoja aún más complicado cuando se trata de zonas rurales. La mayoría de la población entiende estas deficiencias por el contexto que vivimos; los vecinos incluso se muestran permisivos, cargándose de paciencia, ante esperas mucho más largas de lo normal. 


Al fin y al cabo, los sanitarios cargan diariamente con una presión desmesurada y no son los culpables del panorama desolador y desesperanzador que invade los hospitales y centros de salud de toda España.

Este es también el sentir de una familia Zamorana que nos remitía estos días una queja a su centro de salud. 


El emisor manifestaba ser consciente de esta realidad que avanzábamos: el coronavirus ha provocado perjuicios en la respuesta asistencial conjunta y parece lógico que aparezcan ciertas trabas o algún contratiempo a la hora de atender a los pacientes.


Lo que no alcanza a entender este vecino es “la desatención” que existe ante las “necesidades de la gente mayor”, quien precisa “asistencia médica de forma continuada”. Para esta persona, los mayores “no pueden hacer uso de la telemedicina”; “no tienen forma de desplazarse a los centros de salud que engloba la comarca” y reclama “medicina de calidad”. Además, añade que “en muchos casos, los sanitarios ni acuden a los centros médicos de las poblaciones ni a los domicilios donde se les requiere, como ha sido el caso”. Se refiere a las adversidades por las que ha tenido que atravesar uno de sus familiares en los últimos tiempos por él, a su juicio, inadecuado comportamiento de una de las trabajadoras del centro de salud.


Les ponemos en situación: la persona allegada al emisor de esta queja a nuestro periódico contactó con Cruz Roja tras sufrir una caída en su casa. Se trata de una persona que dispone del dispositivo de ayuda para los mayores, con lo que, tras activar el botón, “se pusieron en contacto con el centro de salud”, explica el denunciante, quien manifiesta que la trabajadora que atendió la llamada “se mofó” de su familiar diciéndole: “Tome un paracetamol y siga haciendo sus cosas”. “Se negaron a acudir al domicilio”, continúa, mientras la persona convaleciente “no se podía mover y no podía caminar, por lo que hubo que tirar de ella para poder incorporarla a una silla”. 


Los dolores iban en aumento y tras esperar un par de días y comprobar que la evolución no era favorable, “tuvo que adquirir una silla de ruedas de su propio bolsillo” para poder trasladarse de la cama al sofá. Cuenta después que los familiares se pusieron de nuevo en contacto con el centro de salud, donde nuevamente se le deniega la consulta a domicilio, por lo que solicitan una ambulancia para acudir a urgencias del Hospital Virgen de la Concha. Allí ratifican los peores presagios: “la cadera está rota”, con lo que tuvo que ser operada de urgencia y ahora le queda “una larga recuperación”.


“Nos dijeron que cómo no habíamos ido antes”, lamenta recalcando de nuevo el trato recibido en el centro de salud. Tras el calvario, que aún se prolonga, la familia está pensando en “adoptar medidas ante la negligencia y la mofa de estas personas, ya que el problema ha sido serio y, dada la edad avanzada de la persona, su recuperación es difícil”, incluso “podría haber ido a peor, si no es por la decisión de los familiares”, termina.