El sector inmobiliario, el acelerador de la recuperación económica

​Las promotoras, especialmente las residenciales, tienen la llave de la reactivación en tiempos de coronavirus. El sector resulta vital en la creación de nuevo empleo en una época en la que los bancos han agudizado su ingenio para vender hipotecas.
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El sector sanitario y el económico están sufriendo un varapalo con motivo de la crisis del covid. El impacto negativo que ya estamos viendo y el que está por venir convierten a este momento en una situación sin precedentes en la que no es posible realizar un diagnóstico exacto sobre cuándo se alcanzará la recuperación. 


¿Cómo evolucionará la economía en estos meses de 2020 y en 2021? El riesgo de rebrotes y futuribles confinamientos está a la orden del día y los efectos pueden extenderse por varios semestres, según los expertos. Es evidente que la incertidumbre es total para la hostelería o para el turismo; ahora bien, el coronavirus no va a perjudicar de la misma manera a todos.


En este sentido, podemos decir que todo apunta a que el sector inmobiliario será el motor de la economía en este proceso. No en vano, cuenta con un banco de suelo saneado y una elevada demanda, además de resiliencia financiera y potencial de crecimiento. Así, la actividad de las constructoras continuará, las obras en curso proseguirán (siempre y cuando dispongan de un plan de seguridad y salud aprobado por las constructoras, como es lógico).


El ladrillo reacciona ante la crisis y el sector inmobiliario no será, como en 2008, el más perjudicado. De hecho, a diferencia de aquella época, la crisis la afronta totalmente renovado. El sector está en la actualidad más diversificado y especializado por productos, menos apalancado y, en definitiva, menos dependiente de la deuda bancaria.


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Es decir, podemos decir que se presenta sólido teniendo en cuenta los momentos de dificultad por los que atravesamos. No hay que olvidar tampoco que, entre otras cosas, este año se están entregando aquellas promociones que echaron a andar hace un par de años o tres, como corresponde a la naturaleza del negocio, con lo que la pandemia ha llegado cuando el sector se encontraba en plena tendencia ascendente.


Vemos, por tanto, que el sector inmobiliario, y, en concreto, las promotoras residenciales, tiene la llave de la recuperación. Poseen hoy más fortalezas que otros ámbitos para resistir a los contratiempos y a las dificultades.


Eso sí, es importante precisar que, lógicamente, las promotoras con un volumen mayor gozarán de más músculo para afrontar la crisis. Las más pequeñas, las de ámbito más local, no tendrán tanta suerte a priori y pueden atravesar por alguna dificultad más. Por ejemplo, con el tema del acceso a la financiación. 


Geográficamente también encontraremos distinciones. De esta forma, podemos concluir que los núcleos urbanos resistirán con más consistencia que los medianos o pequeños; también dispondrán de mayor fortaleza que aquellas zonas costeras que dependen de la demanda internacional.


Por supuesto, no va a ser un camino de rosas. El sector tendrá que enfrentarse a un reto hasta ahora desconocido. Deberá adaptarse a la situación y aprender a moverse con la incertidumbre, tanto operativa como temporal, pegada a su espalda, si quiere liderar la recuperación de la economía en el corto y medio plazo.


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Para contribuir a una reinstauración rápida y ordenada de la normalidad económica, el sector promotor y de la construcción deberá, entre otras cosas, aplicar medidas que impulsen el flujo económico y que faciliten, también, la creación de nuevo empleo. Un apunte importante a este respecto es que la construcción de viviendas de obra nueva genera una media de 2,4 puestos de trabajo por vivienda, con una duración promedio de 2 años.


Por otro lado, la facilitación del acceso a la vivienda es un tema fundamental en este proceso. Especialmente, para los jóvenes, quienes precisan cambios estructurales en este terreno para trazar un nuevo escenario en el que les resulte más sencillo optar a una vivienda asequible en la que construir un futuro digno. La puesta en marcha de avales en los préstamos de primera vivienda resulta vital para estimular la compra en un momento como este.


Por supuesto, también se deberán agilizar al máximo los procesos burocráticos, realmente largos si tenemos en cuenta la imperiosa necesidad de rapidez en un momento de crisis como el que vivimos. Asimismo, los expertos consideran que es imprescindible actualizar el Plan Estatal de Vivienda que revise y actualice los módulos de venta y de alquiler de los pisos protegidos para poder construir sobre los suelos de reserva.


¿Y qué pasa con las hipotecas? Su firma, que estaba resultando dinámica a principios de 2020, se frenó en seco con la llegada del coronavirus, el confinamiento y el estado de alarma. ¿Cuáles fueron las primeras consecuencias? La actividad crediticia se centró entonces en facilitar liquidez a las empresas, con o sin avales del Estado y la firma de hipotecas se desplomó, solo en mayo, un 27 por ciento, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Quienes se casaban con una hipoteca, lo hacían con una fija. Optar por pagar siempre la misma cuota les ofrecía seguridad.


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Junio llegó con mejores resultados, según lo que manifiestan los bancos. Y es que, hemos visto en los últimos meses cómo las entidades bancarias han agudizado el ingenio. Ahora se venden hipotecas más baratas que en la época previa al estallido de la crisis; en algunos casos se ofrece financiación al cien por cien (por supuesto, no para todos los casos; sí, por ejemplo, para la autopromoción de una casa si el interesado ya posee el terreno o para aquellos clientes que adquieren un piso en propiedad de la entidad que concede el préstamo).


Encontramos también algunas entidades que ofrecen precios históricamente bajos, aunque reservados para aquellos clientes que ingresan más de 4.000 euros al mes. ¿Y cuáles serían, entonces, las ofertas más recomendadas para todos los públicos? Las de las filiales online de los bancos.


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Además, se ha intensificado la oferta de productos, con jugosos ganchos para convencer a clientes de la competencia (especialmente, en lo que se refiere a la subrogación de hipotecas con el fin de abaratar la cuota mensual cambiando de banco). Es decir, los interesados en comprar un piso disponen ahora de más posibilidades para elegir aquella hipoteca que más les convenga.


Como hemos visto, el sector inmobiliario cuenta con todas las papeletas para convertirse en la punta de lanza de la reactivación económica en nuestro país. El creciente apoyo de las instituciones unido a las fortalezas que presenta este ámbito con respecto a los demás sectores en este momento resultará vital para volver a aquellos tiempos de normalidad. El camino será duro y se prolongará durante algunos trimestres.