Vigencia del mito de la caverna de Platón

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PLATON


Fdo. Dionisio de Ana Prieto 

(Abogado zamorano en A Coruña)


Los grandes pensamientos y pensadores continúan vigentes. En esta sociedad que decimos moderna, y yo diría que sólo por el paso de tiempo, no por otra cosa, en la que se reiteran y machacan hasta la saciedad los mismos acontecimientos, noticias, comentarios, informaciones y hasta opiniones, nos lleva al mito de la caverna de Platón y su filósofo, encadenado entre esclavos que únicamente veían maniatados su propia sombra proyectada en la pared frontal de la caverna  viendo siempre la misma sombra, sus propias sombras para ellos ideales de tanto mirarse en ellas.


El filósofo de Platón quiso saber de dónde venían las sobras que miraban y remiraban callados, privados, sin reparar, en su libertad, sumisos y hasta complacientes con su situación pasiva y contemplativa sin participación ni siquiera en su propia opinión.


Y el filósofo, rompió sus cadenas y salió de la cueva para buscar luz en el origen que proyectaba sus sombras en la pared.


Liberado el esclavo de sus cadenas, abandonó la cueva y,  en la cima del monte,  encontró la luz del sol y la luna, comprobando que eran la realidad de las sombras que los astros proyectaban en el fondo de la cueva.

Vista la realidad, el filósofo fue a contarlo a los demás esclavos,  para que se liberaran de sus sombras y cadenas, pero los esclavos no creyeron al filósofo. No creyeron la realidad.  Y es que tanto habían oído los esclavos de las sombras idealizadas que no creyeron la realidad de su libertad ignorada por su propio consentimiento maniatado.


No creyeron al filósofo y se quedaron en la caverna viendo una y otra vez su propia sombra sobre su único  mundo informativo proyectado en la pared.


El coronavirus no puede hacernos  caer en el mito de la caverna de Plantón. Tenemos que salir de la cueva. Ver más y,  más allá,  que el mito de las sombras.


Tampoco nos debemos limitar a soportar complacientes el exceso de la información que nos abruma la pseudo modernidad informática que no es veraz, en cualquier faceta de la sociedad. Debemos buscar la realidad y salir de la caverna liberándonos de nuestras cadenas para dejar de creer en la ficción de la información repetida y repetida sin fondo para dejarnos sin razón.


Estoy viendo el mar sentado en la arena. ¿Es posible que la abundancia de algas en el arenal impidan que pueda volver a subir la siguiente marea?