Un proveedor remite a la comisión gestora del convento de las exclarisas una factura de 6.900 euros y un empresario francés reclama otros 18.600 en chocolates y un horno.
El portavoz de las monjas, José Ceacero dice que han sido las propias monjas las que han llamado porque había medios que estaban “violando su intimidad”.
Insisten en que las monjas están “fuera de la jurisdicción” de la Iglesia Católica y defienden que el Derecho Civil está “por encima” del Derecho Canónico.