Con esta técnica, suplantaban el número de teléfono real de las sucursales bancarias, llamando a sus víctimas y les alertaban de operaciones fraudulentas en su cuenta, solicitando códigos de seguridad que recibían por SMS y así caer en el engaño.
Se han estafado un total de 26.299 € en diferentes provincias españolas.
Ahora los ciberdelincuentes captan las pulsaciones en el terminal telefónico.