La apuesta necesaria por los productos de proximidad

​Decantarse por los productos locales para llenar la cesta de la compra en estos tiempos es un gesto que facilita la remontada económica en nuestra provincia.
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El coronavirus ha sido, y está siendo, devastador, desde cualquier prisma que queramos abordar. El económico es, sin duda, uno de los terrenos más afectados por su incidencia. Y es que, el covid no solo está obligando a cerrar negocios, sino que también ha impactado sobremanera en los bolsillos de los consumidores. De hecho, según una encuesta de EAE Business School, el 74 por ciento de ellos asegura, por ejemplo, que su presupuesto para ocio ha bajado o bajará, con lo que estas personas cambiarán sus hábitos de consumo. Pese a este mal dato, la encuesta arroja otro dato revelador que pudiera contradecir al mencionado y que demuestra la empatía de los compradores en momentos como el que atravesamos.


En este caso, los damnificados son los productores locales, especialmente, los encuadrados en el sector de la alimentación, aunque el turismo local también es otro de los apartados que se verían beneficiados por esta nueva moda.  


Chocolate de Zamora


Estamos ante un nuevo hábito de consumo en el que no pocas familias están dispuestas a buscar y a localizar este tipo de productos; es una nueva tendencia que ya se observó en los primeros meses de pandemia.  De hecho, el 70 por ciento de los encuestados prefiere comprar alimentos y otros productos de proximidad, aunque en algunos casos puedan resultar más caros. Puede que la población vaya a consumir menos en estas circunstancias, pero, según estas investigaciones, su carrito de la compra se decantará por los productos autóctonos, porque el valor de lo local es percibido ahora como algo que se debe potenciar y de lo que presumir.


Además, hay que tener en cuenta también las ventajas que supone comprar productos locales. Las asociaciones de comerciantes lo tienen claro: beneficios ambientales al reducir los costes de transporte, mayor generación de riqueza (un euro gastado en productos de cercanía genera el doble para la economía local), mayores certezas en cuanto a la trazabilidad, revitalización de la economía pegada al territorio, apoyo a los sectores locales y precios más justos, además de garantía en la frescura.


Al final, consumir productos de la zona impacta de manera positiva en la economía del lugar. Es otra manera de contribuir en la recuperación económica de cada territorio y del país en general; una situación que requiere que gastemos, pues el ahorro masivo detendría esos avances. También en Zamora, donde, ahora más que nunca, debemos apostar por los productos de la tierra para abastecer nuestras despensas, además de ser embajadores en nuestro entorno de estos alimentos que se producen aquí; no olvidemos que con estos pequeños gestos nos acabaremos beneficiando todos los zamoranos mientras el coronavirus siga estando entre nosotros.


Huevos camperos


Con estos hábitos no solo se verá beneficiada la economía, también nuestra salud, ya que estaremos consumiendo productos de calidad máxima. Por otro lado, la variedad es pasmosa, puesto que nos encontramos productos zamoranos en todas las familias de alimentos que podamos imaginar. Podríamos elaborar una cesta de la compra al completo con productos de la provincia. Vinos, quesos, carne, legumbres, harina, hortalizas y setas son los grupos que conforman la marca Alimentos de Zamora creada en 2004, muestra del decidido apoyo de la Diputación Provincial a los alimentos de calidad que demandan los consumidores. Desde ese mismo instante “hemos apoyado una serie de productos elaborados en la provincia que presentan unas características singulares”, se puede leer en la presentación. 


Actualmente, son 13 los productos de calidad que forman parte de Alimentos de Zamora. De ellos, cinco son Denominación de Origen, cinco son Indicaciones Geográficas Protegidas, y los tres restantes, Marcas de Garantía.


Si hay una seña de identidad sobre la mesa en esta provincia es la botella de vino; y vino de calidad. De hecho, comenzamos la presentación con cuatro Denominaciones de Origen (Toro, Tierra del Vino, Arribes y Valles de Benavente) procedentes de cuatro zonas vinícolas diferentes, una riqueza inusual para una misma provincia. Aunque tres de estas denominaciones se asientan casi a orillas del río Duero, todas ellas ofrecen una gran diversidad de suelos (incluso de clima, en el caso de las terrazas de los Arribes) y, por tanto, de variedades de uva.


¿Qué caracteriza a los vinos toresanos? Provienen de viñedos viejos de producción muy reducida. Las variedades autorizadas son Tinta de Toro y Garnacha (tintas) y Malvasía y Verdejo (blancas). Mientras, la Denominación de Origen Tierra del Vino suma Tempranillo y Cabernet-Sauvignon (tintas), y Moscatel, Albillo, Palomino y Godello (blancas).


Brindis con copas de vino de Toro durante una feria del vino



Por su parte, el clima continental con influencia atlántica y rasgos mediterráneos en las laderas del río Duero es el espacio donde se asientan los viñedos de la D.O. Arribes. Sus variedades tintas principales son Juan García, Rufete, Tempranillo y Bruñal junto a las complementarias Garnacha y Mencía. Las blancas, Malvasía como variedad principal junto a las complementarias Albillo y Verdejo.


Por último, de Valverde, del Tera y de Vidriales son los tres valles que conforman la cuarta zona vinícola: Valles de Benavente (de ahí su cantidad de elementos diferenciadores). Estas son las variedades autorizadas: Las tintas Tempranillo, Prieto Picudo y Mencía (complementarias Garnacha y Cabernet Sauvignon) y las blancas Malvasía y Verdejo.


¿Y cómo mejorar una copa de vino? Con una buena tapa de queso. Pues bien, El Queso Zamorano es la única D.O.P de quesos de Castilla y León, la quinta en España. Esta provincia de tradición pastoril (el gusto por el queso se remonta a la Edad de Cobre) exporta queso a todos los países de la Unión Europea, además de a Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia, México, Rusia, Tailandia, Dubai o India, entre otros.


 ¿Cómo es este queso? Su forma es cilíndrica y su corteza, dura, de color amarillo, pálido o gris oscuro y bien definida. La leche cruda o pasteurizada de oveja Churra o Castellana es la que se emplea para elaborar un producto que puede alcanzar un peso de 4 kilogramos y 24 cm de diámetro.


Queso Laurus



No podía faltar en la lista nuestra carne. La Ternera de Aliste, el Lechazo de Castilla y León y el Chorizo Zamorano demuestran que nuestra provincia es, sin lugar a dudas, uno de los lugares de la Meseta en los que se puede degustar una mayor variedad de carne de calidad. La de cordero lechal es su especialidad “desde tiempos remotos, cuya suave textura y delicado sabor del lechal nadie que pretenda conocer la cultura gastronómica zamorana podría perderse”.


Pero tampoco se puede olvidar la carne de ternera de Aliste, tierna, como su nombre indica, porque apenas conoce este ganado otro alimento que la leche materna o los pastos de las tierras del oeste zamorano que comienzan a probar.


Y en el capítulo de embutidos, el chorizo zamorano resulta un excelente y sabroso maridaje de la carne de cerdo picada y adobada con el rojo pimentón y las especias aromáticas. Pura tradición que no necesita reinventarse, pues domina la mesa cotidiana.


Las que también mandan sobre el mantel a diario son las legumbres. En este caso, tenemos el Garbanzo de Fuentesaúco y la Lenteja de Tierra de Campos. El primero fue alabado hasta por Quevedo, escritor del Siglo de Oro, por su mantecosidad y por su finura. No hay que olvidar, además, que es, al igual que la Lenteja de Tierra de Campos, uno de los alimentos más saludables de cualquier menú.


La Harina Tradicional Zamorana también merece una presentación destacada, como la que podemos leer en la web de la marca: “De los paisajes verdes de trigos recién espigados a la blancura marfileña de la harina va un largo camino que han sabido recorrer las empresas harineras zamoranas. Una tradición tan arraigada en esta provincia productora de cereales que prácticamente cada río o arroyo impulsaba cientos de ruedas de molinos”.


Preparar pan o deliciosos postres con este producto garantiza acabados de calidad y sabores extraordinarios. Sin duda, la clave para mejorar nuestros desayunos o una merienda acompañada con un buen trozo de Queso Zamorano.


Alere vital



Y volvemos a Benavente para hablar de hortalizas. Concretamente, de otro de sus productos más señeros: el pimiento. La tradición de este cultivo viene de muy antiguo y eso ha garantizado una cuidada selección local de las mejores plantas y de los mejores terrenos para producir estos rojos pimientos.


Suelen mostrarse apilados formando muros vegetales de singular gracia y colorido, que, junto a su carnosa apariencia, convierte a los pimientos en un producto siempre apetecible y jugoso.


Echamos el cierre con las Setas de Castilla y León. Los montes de Zamora, enmarcados en un paisaje privilegiado que alterna robledales, pinares, encinares y otras arboledas con urces, jaras y chaguazos, producen un recurso de la más alta calidad: las setas. Son tan apreciadas por su intenso aroma y su textura que en poco tiempo se han abierto camino entre las más cotizadas.


Alimentos de Zamora es la apuesta de la Diputación por el sector agroalimentario de la provincia, donde nuestros productos compiten con su contrastada calidad en un mercado cada vez más globalizado, y cada vez más especializado.


Harina Tradicional Zamorana



De esta manera, Alimentos de Zamora contribuye a potenciar y dinamizar el medio rural en toda la provincia, ofreciendo posibilidades a los zamoranos a que continúen con actividades productivas que, en muchos casos, se han mantenido generación tras generación.


Alimentos de Zamora es hoy día una de las señas de identidad de la provincia “allá donde promocionamos nuestros productos de calidad que gozan ya de un reconocido prestigio nacional e internacional”. La Diputación Provincial “continuará trabajando en esta línea, apostando por lo nuestro, para situar Alimentos de Zamora donde merecen, en lo más alto del mercado de productos de calidad”. Un objetivo cuyo cumplimiento, sin duda, se hace más necesario en tiempos de coronavirus.