Mañueco cree que la “mayor amenaza” para la Constitución es la “indiferencia y pasividad”

El presidente de la Junta afirma que “no es el camino a seguir” el de los que quieren “erosionar” los pilares del estado de derecho
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Mañueco



El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, consideró hoy que la “mayor amenaza” para la Constitución es la “indiferencia y pasividad” y pidió, como su mayor homenaje, dar un “paso al frente” desde el “compromiso cívico”, y subrayó que el camino a seguir no es el de los que quieren “erosionar” la unidad nacional y la libertad de información y judicial.

En la inauguración de la Jornada 'Día de la Constitución 2020: el día de todos', organizada por la Consejería de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, defendió el “balance netamente positivo” de estos 42 años de democracia a través de la máxima norma y el proyecto político, social y territorial surgido de ella, a la vez que reivindicó la herencia de los políticos de la transición.

En estos momentos de “incertidumbre y complejidad”, observó en la “indiferencia o la pasividad la mayor amenaza” para la Constitución y animó a dar “un paso al frente” y demostrar “compromiso cívico y democrático, ahora más que nunca”.

Por ello, apeló a quienes forman "la gran mayoría silenciosa” a asumir, valorar, sentir la Constitución como una “forma rotunda” por el consenso y la convivencia que representa. “Hay que defenderla como una norma útil y su herencia”, aseveró. “Todos los que creemos en ella, tenemos que dar un paso al frente”.

El presidente de la Junta rechazó quienes hablan del “régimen del 78 de forma errónea y torticera” porque la Constitución defiende los valores superiores de libertad, igualdad, solidaridad, justicia social y pluralismo en una sociedad “plural, compleja y variada”. “Hay quienes intentan erosionar los pilares del estado de derecho, no es el camino a seguir”, sentenció.


Cuidado y respeto

Según Fernández Mañueco, “menoscabar” la unidad nacional, la libertad de información y la separación de poderes “no es el camino”, para añadir que tampoco cree que “esa agresión a la Nación española pueda resultar gratuita”, donde citó la frase del filosofo Julián Marías de que “lo que más me inquieta es que en España todos preguntan que va a pasar, pero casi nadie se pregunta qué vamos a hacer”.

El presidente de la Junta, que apostó por celebrar los 42 años de la Constitución de una “forma digna” y con su difusión a los menores de 30 años para que comprendan y compartan este legado, sostuvo que la norma “no debe ser intocable” porque “no tiene una vigencia eterna”, sino que es fruto de un tiempo.

No obstante, manifestó que una reforma se debe realizar con respeto y cuidado y desde una profunda reflexión y cuando la mayoría de la sociedad lo demande, y siempre con el consenso similar con el que se aprobó en 1978. “Esto es distinto de que haya un poder perpetuo o cíclico, es distinto de cambiar el modelo con nocturnidad y alevosía mediante actuaciones de hecho”, sostuvo.

Después de afirmar que la “Constitución es de todos y para todos” y sentirse “orgulloso” de la herencia de los políticos de la transición por su “generosidad, audacia y valentía”, Fernández Mañueco defendió el Estado de las Autonomías surgido de esta norma y aseguró que hay que “conservarlo o mejorarlo”, pero advirtió que el “camino no es el nacionalismo disgregador que produce confrontación y genera desencanto y desidia en la población”.


Aseguró el presidente de la Junta que el modelo territorial recoge un “camino adecuado” en el que se reconoce la “personalidad e intereses” de los territorios “sin menoscabar” la unidad común española. También, defendió el poder político y social que nace de ella, ya que en el plano social recordó que son las autonomías las que gestionan la sanidad, educación o servicios sociales y son la “primer línea en la contención de la pandemia”.

Por último, manifestó que estos 42 años de la Constitución han sentado “bien” a los españoles en una democracia que también abrió la puerta a Europa por lo que valoró su balance “netamente positivo”y consideró que “no es adecuado ni acertado” ver un “proyecto fallido” porque sería “despreciar” la España de hoy y un “error irreparable”.