El fatal error tuvo lugar el pasado mes de enero, es ahora cuando el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha reconocido el cambio de medicamentos en un informe que ha entregado a las familias de las pequeñas Yara, que nació el 21 de noviembre con 800 gamos de peso a las 25 semanas de gestación y que ha logrado sobrevivir pero con secuelas, y de Ane, que nació el 27 de diciembre, con 600 gramos en la semana 24 y que falleció el 8 de enero.
Los mismos profesionales del área de Neonatología se dieron cuenta y comunicaron a los padres que se había producido un error farmacológico. Las dos pequeñas estaban en la incubadora desde su nacimiento y habían mostrado un cambio de actitud "movida y vital" y un gran decaimiento a partir del 2 de enero, fecha en la que se sospecha que pudo cometerse la equivocación con los fármacos.
La pequeña Yara, que de momento necesita una sonda permanente de oxígeno aunque se desconoce el alcance de las secuelas que le ha dejado el anestésico, había sido sometida previamente a tres operaciones por diferentes problemas, pero había remontado. La otra bebé, Ane, había evolucionado bien e incluso empezó a tolerar la lecha materna.
Las familias reclaman una indemnización que va de los 150.000 euros para cada uno de los padres de la bebé fallecida, 400.000 para la niña que ha sobrevivido y 60.00 para su madre.